El cristianismo –que yo sepa– es la única religión que afirma la santidad del cuerpo: ha sido habitado por todo un Dios en Jesucristo, que –por su Encarnación– y desde el punto de vista humano es como nosotros, uno de nosotros.
Por eso hemos de respetar nuestro cuerpo, como templo que es de Dios.
No somos cuerpo y alma, más bien somos cuerpo-y-alma.
Vero.
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