Dios ha impreso música en la naturaleza creada.
Cada cosa que nos rodea nos puede llevar a Dios.
Frente a una persona, delante, tenemos una buena imagen del mismo Dios, de ese Dios personal, porque todo hombre lleva en sí mismo impresa -aunque no quiera, aunque no lo merezca; nadie lo merece- la imagen de Dios.
Cada humano es un icono divino. Si amamos a Dios sobre todas las cosas (primer mandamiento, caridad divina), no podremos dejar de amar a todos los hombres (caridad humana), a cada hombre o mujer.
Insisto: Dios escribe música en el pentagrama de su Creación.
Vero.
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