El libre albedrío es el elemento antropológico más característico de lo específicamente humano por su naturaleza dotada de racionalidad. Pero el ejercicio aquí y ahora de la libertad, bien asumida y responsable, se presenta con frecuencia dolorosa por lo que tiene de acogida y de desprendimiento, lo que con frecuencia nos lleva a construir una jaula a nuestro alrededor que nos proporciona una seguridad ficticia, pero que nos hace pequeñitos aunque nos permita mirar través de los barrotes.
Por eso nos parece que las personas que se desprenden de sí mismas, de sus cosas, que dejan de mirarse para estar pendientes de los demás, que saben abrir la puerta de su jaula o huir de los barrotes que otros les proponen, están locas.
Vero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario