¿Sabes que tienes que ser sal y luz?
Sal que haga sabrosa la vida y preserve de la corrupción; y luz que ilumine con el ejemplo, la palabra y los hechos cada situación y momento de la vida, incluso los de ámbito ordinario.
En el evangelio tienes muchos ejemplos de conducta alegre, de contagiarla con la palabra, de elogio del trabajo oculto y fecundo, de virtudes escondidas pero consistentes, de verdad resplandeciente.
Vero.
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