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sábado, 18 de febrero de 2017

Del cuerpo y del alma

CuerpoAlmaEl cristianismo –que yo sepa– es la única religión que afirma la santidad del cuerpo: ha sido habitado por todo un Dios en Jesucristo, que –por su Encarnación– y desde el punto de vista humano es como nosotros, uno de nosotros.
Por eso hemos de respetar nuestro cuerpo, como templo que es de Dios.

No somos cuerpo y alma, más bien somos cuerpo-y-alma.

Vero.

jueves, 17 de julio de 2014

Buscar su rostro

Dice el salmo 104 (4-5):
"Recurrid al Señor y a su poder, buscad continuamente su rostro.
Recordad las maravillas que hizo, sus prodigios, las sentencias de su boca".
Recurrir al Señor, en toda circunstancia, siempre es una buena idea. Tan buena, que quizá no se te ocurra a ti, probablemente sea una sugerencia del Espíritu Santo. Es una invitación continua a buscar el rostro del Señor.

¿Te has preguntado alguna vez qué significa el "rostro"? Aquello por lo que se reconocen las personas, lo que exteriormente las hace específicas. El rostro del Señor es la característica por lo que le identificamos, aquello que nos manifiesta. Lo que Dios nos da a conocer es su única idea, el Hijo, la Palabra hecha carne. Por tanto, buscar el rostro del Señor es contemplar a Jesús.

Y ¿qué rasgos encontramos en ese rostro? Estos son los rasgos: las maravillas que hizo, sus prodigios y las sentencias que emanan de su boca. Reconoces al Señor cuando eres consciente de sus maravillas, sus prodigios y sus mandatos.
Su Ley es tu Vida.

Vero.


martes, 8 de julio de 2014

Las hazañas divinas

Dice el salmo 105:
"Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia. ¿Quién podrá contar las hazañas de Dios, pregonar toda su alabanza?"
La bondad de Dios educe un agradecimiento tan delicado como intenso. Piensa en tu intimidad: ¿Qué hazañas ha realizado Dios en mi vida? ¿Qué proezas le quedan aún por hacer? ¿Dejo que el Espíritu Santo actúe libremente en mi vida? ¿Qué obstáculo puedo remover hoy?

Cuando reconozcas la acción divina en el alma no te quedará más remedio que pregonar su alabanza porque descubrirás complacido cuán eterna es su misericordia.

¿No es esto suficiente motivo de acción de gracias?

Vero.


sábado, 14 de junio de 2014

Los desposorios de María

Desposorios de María de Bartolomé Murillo.
Hoy te propongo que imagines la escena en que María y José comprometen sus vidas en sus desposorios. María aun no ha recibido la embajada del Ángel y, como José, todavía ignoran los planes divinos para ellos.

Pero a esos desposorios ya asiste el Espíritu Santo, que ha empezado a preparar el camino del paso terrenal del Hijo de Dios encarnado.

Un tiempo después, el arcángel San Gabriel le comunicará a María que ha hallado gracia delante de Dios -de hecho es la "llena de gracia"-, esos dones con los que el Espíritu Santo ha ido adornando su persona sobre el bastidor de su fiel correspondencia.

San José ni ve, ni le dicen, ni entiende: solo ama a su esposa y, a través de ella, la voluntad de Dios a la que se rendirá sin condiciones, sobreponiéndose a todas las dificultades y secundando fielmente el plan divino.

Tú debes ser otro José. Y si quieres parecerte a él, te sugiero: ¡Mira a María!

Vero.

martes, 10 de junio de 2014

La paz, fruto del Espíritu

La paz es un fruto del Espíritu Santo. La mansedumbre es nuestra misma paz, experimentada desde sus atalayas personales por quienes nos rodean: su proyección hacia el exterior.

El Romano Pontífice acaba de celebrar un encuentro de oración en los jardines vaticanos para pedir la paz entre cristianos, católicos y ortodoxos,  musulmanes y judíos: una nueva Pentecostés.

El Espíritu Santo concede la paz a las personas, a cada hombre, a cada mujer, no a las sociedades, porque la paz es un fruto interior. Si no tienes en ti mismo paz interior,  ¿cómo vas a transmitir eso que no tienes a los que te rodean?

La conciencia se repara en el sacramento de la Misericordia, pero una vez arreglados los desaguisados de conciencia que usurpan la paz interior, no permitas que los problemas, las miserias o las preocupaciones te roben esa paz.
No lo consientas.

Y cada día,  agradece y pide para ti, los tuyos y el mundo la paz que Cristo nos dejó cuando nos dijo: "La paz os dejo, la paz os doy...".

Vero.

lunes, 9 de junio de 2014

Te cubrirá con su sombra

Siempre me emocionó el relato de la Encarnación en el que el arcángel san Gabriel le dice a María cómo se operará: el Espíritu Santo la cubrirá con su sombra. Es extremadamente bello incluso desde el punto de vista literario. La acción del Espíritu Santo es de tal imperio que con el concurso de la docilidad virginal del "hágase en mí según tu palabra"  se encarna en sus purísimas entrañas el mismísimo Hijo de Dios.

Tú puedes reproducir a tu manera este acontecimiento encarnando a Cristo en tu vida, siendo el mismo Cristo -esto significa ser cristiano-, para llevarlo a los demás con tus palabras, tus obras, tu piedad, tu sacrificio, tu ejemplo.

Para que Cristo se encarne en ti, debes hacer como María, decirle al Espíritu Santo: "Hágase en mí según tu palabra".
Esto exige de ti dos condiciones: saber qué quiere Dios de ti -osa preguntárselo y sé después valiente- y atreverse a decir "sí" a esa inspiración divina, es decir, ser dócil a la voluntad de Dios para ti. Pídelo, la gracia divina que viene del mismo Espíritu, no te faltará: ¿no notas ya la sombra de las alas divinas?
¿No lo crees? Compruébalo.

Vero.

domingo, 8 de junio de 2014

Secuencia de Pentecostés, III

Tercera parte de la secuencia de Pentecostés:
Infunde calor de vida en el hielo, doma el espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero.
Reparte tus siete dones, según la fe de tus siervos.
Por tu bondad y tu gracia, dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno.
Pide los dones. Son dones, deben ser pedidos. No se comercia con ellos, son gratuitos, pero no se consiguen por azar, deben ser concedidos. Para ello, insiste en tu oración.

Vero.

sábado, 7 de junio de 2014

María, esposa de Dios Espíritu Santo

Es frecuente que condicionemos nuestros afectos a través de los de los demás. Así cuando queremos al hijo de un amigo, atraemos sin pretenderlo el aprecio de su padre o de su madre por nosotros; porque nos esforzamos en querer lo que esos padres aman.

De modo semejante, cuando nos esforzamos en amar a María, atraemos significativamente el amor del Espíritu Santo con quien está desposada.
Dios le pone a todo amor una casa y la del amor entre María y el Espíritu es la misma Trinidad.
En ese templo divino debes alojarte.
María es la puerta de entrada.

Vero.

jueves, 5 de junio de 2014

Secuencia de Pentecostés. I

Primera parte de la secuencia de Pentecostés:
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo.
Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo, tregua en el duro trabajo.
Observa qué ternura refleja la expresión "dulce huésped del alma".
Deberías convencerte de una vez para siempre de la realidad expresada por estas pocas palabras: Dios que se aloja en ti.

Vero.

miércoles, 4 de junio de 2014

Veni Creator, II

Segunda parte del himno Veni Creator:
Ilumina nuestros sentidos, infunde tu amor en nuestros corazones y, con tu perpetuo auxilio, fortalece la debilidad de nuestro cuerpo.
Aleja de nosotros al enemigo, y danos pronto la paz; sé Tú nuestro guía, para que evitemos todo mal.
Por ti conozcamos al Padre, y también al Hijo; y creamos en ti, su Espíritu, por los siglos de los siglos.
Gloria a Dios Padre, y al Hijo que resucitó de entre los muertos, y al Espíritu Consolador, por los siglos de los siglos. Amén.

Es el guía para evitar todo mal: basta con que te dejes conducir por Él; pero ¿sabes cómo tratarle?

Vero.

martes, 3 de junio de 2014

Veni Creator, I

Primera parte del himno Veni Creator:
Ven, Espíritu Creador, visita las almas de tus fieles y llena con tu divina gracia, los corazones que Tú creaste.
Tú, a quien llamamos Paráclito, don de Dios Altísimo, fuente viva, fuego, caridad y espiritual unción.
Tú derramas sobre nosotros los siete dones; Tú, dedo de la diestra del Padre; Tú, fiel promesa del Padre, que inspiras nuestras palabras.
Piensa qué pueda significar en tu vida que el Espíritu Santo sea: fuente viva, fuego, caridad, espiritual unción.

Vero.

lunes, 2 de junio de 2014

Ven, oh Santo Espíritu

Para que lo repitas hoy durante todo el día:
¡Ven, oh Santo Espíritu!, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor.
V/ . Envía tu Espíritu y serán creados.
R/. Y renovarás la faz de la tierra. 
Oración:
Oh Dios, que habéis instruido los corazones de los fieles con la luz del Espíritu Santo, concedednos según el mismo Espíritu conocer las cosas rectas y gozar siempre de sus divinos consuelos. Por Jesucristo nuestro Señor.
R/. Amén
No se puede decir más con menos.

Vero.

martes, 27 de mayo de 2014

Esperando al Espíritu

El evangelio de la misa del martes de la 6ª semana de Pascua dice:
"Jesús dijo a sus discípulos: Ahora voy a a Aquel que me envió; y ninguno de vosotros me pregunta: ¿A dónde vas? Antes porque os he dicho estas cosas, la tristeza ha llenado vuestro corazón; pero Yo os digo la verdad: os conviene que Yo me vaya, porque si no me fuere, no vendrá a vosotros el Consolador, más si me fuere, os lo enviaré. Y cuando El viniere, argüirá al mundo de pecado, y de justicia y de juicio" (Jn 16, 5-11).
Yo me imagino la tristeza de los Apóstoles cuando Jesús les dijo que se marchaba. Después de la alegría de la Resurrección otra vez le pierden como ya había ocurrido con la crucifixión y muerte.
Pero si leemos el texto con detenimiento también se nos ocurre: ¿cómo será la venida del Espíritu Santo para que Jesús mismo nos diga que nos conviene que El se vaya para que nos lo envíe?

Si nos fiamos de Jesús, aceptaremos que nos conviene que El se vaya (aunque se queda en la Eucaristía), pero podemos empezar a prepararnos para recibir con todos los honores al Espíritu, que viene.

Vero.

martes, 29 de abril de 2014

Nicodemo sorprendido

Nicodemo fue de noche a ver a Jesús que le dice que debe volver a nacer de nuevo.
Sorprendido por la afirmación de Jesús, Nicodemo le pregunta:
¿Cómo puede nacer un hombre, siendo viejo? ¿Acaso puede por segunda vez entrar en el vientre de su madre y nacer?
A lo que Jesús le contesta:
"El viento sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo el que ha nacido del Espíritu".
Y tú, ¿oyes el viento del Espíritu que sopla a tu lado? Y ¿qué te dice? Y ¿haces caso?
Sí, ya sé que no sabes de dónde viene y a dónde va, pero ¿le oyes?

Vero.