Jesús acompaña en el camino a dos discípulos de Emaús. |
Caminaban decepcionados y abatidos por los acontecimientos vividos en ella durante los días anteriores y que habían finalizado con la muerte ignominiosa de Jesús en la Cruz. Al fin y al cabo, la Cruz no dejaba de ser un patíbulo.
Jesús se interesó por la conversación que llevaban y al manifestar estos su desilusión y el motivo de su tristeza, Jesús les explicó cuanto en la Ley y los Profetas se anunciaba sobre Él.
Sigue San Juan con el relato:
"Se acercaron a la aldea a donde iban, y Él dio muestras de ir más lejos. Pero lo detuvieron por fuerza, diciendo: Quédate con nosotros, porque se hace tarde y ya declina el día. Y entró con ellos. Estando sentado con ellos a la mesa, tomó el pan, lo bendijo y habiéndolo partido se lo dio. Y se abrieron sus ojos y lo conocieron. Él entonces desapareció de su vista.Dejemos ahora trotar el corazón:
Y dijeron uno a otro: ¿Por ventura no ardía nuestro corazón dentro de nosotros, cuando en el camino nos hablaba y nos explicaba las Escrituras?"
- Primero. Jesús sale al encuentro y se interesa por sus tristezas.
- Segundo. Jesús les ilumina con su Palabra, la Sagrada Escritura para abrirles los ojos de la fe.
- Tercero. Una vez nutridos con su Palabra, los discípulos ya no pueden prescindir de ella y le piden a Jesús que se quede con ellos.
- Cuarto. Ahora Jesús bendice y parte con ellos el pan. Los discípulos reconocen a Jesús justo con la fracción del pan.
- Quinto. Una vez alimentados con el pan y la palabra ya no es necesaria la presencia física de Jesús. Ahora aquellos dos personajes de Emaús son verdaderos discípulos; Jesús les ha convertido en parte de Él.
En la Misa, también se celebran estas dos liturgias: la de la Palabra y la Eucarística.
Piensa: ¿reconoces a Cristo en las lecturas sagradas y en la comunión?
Vero.
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