"Sé la roca de mi refugio,un baluarte donde me salve,tú que eres mi roca y mi baluarte;por tu nombre dirígeme y guíame.
A tus manos encomiendo mi espíritu;
tú, el Dios leal, me librarás.
Tu misericordia sea mi gozo y mi alegría.
Te has fijado en mí aflicción.
Líbrame de los enemigos que me persiguen;El Señor es nuestro refugio, la roca sobre la que apoyarse firmemente con la seguridad de que no se moverá bajo nuestros pies, en donde podemos poner toda nuestra confianza porque es inamovible.
haz brillar tu rostro sobre tu siervo, sálvame por tu misericordia".
Esa confianza nos lleva a dejarnos conducir por Él porque su caminos son seguros: Jesús es el camino que nos conduce al Padre bajo la guía del Espíritu Santo.
Vero.
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