
Una vez avisado, San José disipa sus dudas y se pone manos a la obra divina. Algo tan efímero y etéreo como el sueño es utilizado por Dios para transmitir su voluntad con suavidad.
Mira atentamente en tu vida por si a ti te pasa como a José, que Dios emplea tus horas de sueño para sugerirte el horizonte de tu vida.
¿Es que no te pasa nunca que -sin razón o con ella- te despiertas en mitad de la noche y le das una y otra vuelta a esa idea, a ese problema o a ese cariño? ¿Quién crees que te despierta? ¿Quién crees que te sugiere?
¿Sabes cómo saber si esas sugerencias vienen o o de Dios? Pregúntate si te traen paz, que es signo divino. Otro signo indeleble es considerar si lo que piensas o decides en esos momentos está de acuerdo con la doctrina de Jesucristo, recogida y enseñada por su Iglesia.
No debes consentir en que una idea nocturna se haga obsesiva, pero si te despiertas o notas la suavidad de la sugerencia divina, tanto en la vigilia como en el sueño, no desperdicies la oportunidad de iniciar una oración personal de intimidad con Dios a través de tu ángel custodio. Imita a José y responde a ese Dios que te corteja con fidelidad.
Y en cualquier caso, nunca te acuestes lejos del agua bendita, del rosario y de tu crucifijo. Aun durmiendo, tienes toda la noche para orar mientras tu ángel custodia vela por ti.
Vero.
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