martes, 27 de mayo de 2014

Esperando al Espíritu

El evangelio de la misa del martes de la 6ª semana de Pascua dice:
"Jesús dijo a sus discípulos: Ahora voy a a Aquel que me envió; y ninguno de vosotros me pregunta: ¿A dónde vas? Antes porque os he dicho estas cosas, la tristeza ha llenado vuestro corazón; pero Yo os digo la verdad: os conviene que Yo me vaya, porque si no me fuere, no vendrá a vosotros el Consolador, más si me fuere, os lo enviaré. Y cuando El viniere, argüirá al mundo de pecado, y de justicia y de juicio" (Jn 16, 5-11).
Yo me imagino la tristeza de los Apóstoles cuando Jesús les dijo que se marchaba. Después de la alegría de la Resurrección otra vez le pierden como ya había ocurrido con la crucifixión y muerte.
Pero si leemos el texto con detenimiento también se nos ocurre: ¿cómo será la venida del Espíritu Santo para que Jesús mismo nos diga que nos conviene que El se vaya para que nos lo envíe?

Si nos fiamos de Jesús, aceptaremos que nos conviene que El se vaya (aunque se queda en la Eucaristía), pero podemos empezar a prepararnos para recibir con todos los honores al Espíritu, que viene.

Vero.

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