miércoles, 21 de mayo de 2014

Serenidad: rectificar la intención

Quinto peldaño para alcanzar la serenidad (según San Juan XXIII)
"Sólo por hoy haré una buena acción sin decírselo a nadie".
Pone San Mateo en boca de Jesús estas palabras:
«Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial.
Por tanto, cuando hagas limosna, no lo vayas trompeteando por delante como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; en verdad os digo que ya reciben su paga.
Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha" (Mt 6, 1-8).
Las buenas acciones no dejan de ser buenas porque otras personas conozcan esas acciones, pero si el objetivo al realizarlas es precisamente esa publicidad, es señal clara de que subyace una importante falta de rectitud de intención, que debe ser corregida.

Propósito: Rectificaré la intención de mis acciones desde antes de realizarlas y, si no me acuerdo en ese momento, pediré perdón y rectificaré después.

Vero.

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