jueves, 22 de mayo de 2014

Serenidad: hacer lo que debo

Sexto peldaño para alcanzar la serenidad (según San Juan XXIII):
"Sólo por hoy haré por lo menos una cosa que no deseo hacer; y si me sintiera ofendido procuraré que nadie lo sepa".
Pone San Marcos en boca de Jesús estas palabras:
"Llamando a la gente a la vez que a sus discípulos, les dijo: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame. Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero quien pierda su vida por mí y por el Evangelio, la salvará" (Mc 8, 34).
No se trata tanto de hacer lo que no quiero sino de hacer lo que debo aunque mi deseo se extiende en una dirección distinta. El objetivo, por tanto, es guiarse por el deber. Ese deber tiene unas raíces evangélicas profundas en las obras de misericordia, contenido del discurso de Jesús en el sermón de la montaña: ese es tu deber. ¿Te gusta? ¿No te gusta? Debe darte igual: hazlo.

Propósito: No ordenaré las tareas que debo realizar a lo largo del día en función de mi interés sino en función de mi deber. Luego, salvo por una causa plenamente justificada, no me engañaré alterando este orden libremente decidido.

Vero.



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