lunes, 30 de junio de 2014

El beneficio divino

Dice el salmo 102:
"Bendice, alma mía, al Señor, y todo mi ser a su santo nombre. Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides sus beneficios".
Busca un momento de soledad, quizá ese en el que retirado al descanso aún no has conseguido dormirte y proponte el siguiente ejercicio interior: repasa tu vida con sus circunstancias y extrae de ella todos esos momentos, acciones, aptitudes en las que te haces consciente del beneficio divino sobre ti.

Serán cosas grandes o menos grandes, incluso muy pequeñas. Saldrán muchas, muchísimas; bastantes más de las que nunca hubieras imaginado antes de realizar este ejercicio.

Y ahora aplica el salmo:
"Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides sus beneficios".
¿A que no te queda más remedio que volcarte en acciones de gracias?

Da rienda suelta a esa gratitud: es oración de alta calidad.

Vero.

domingo, 29 de junio de 2014

Cristo en mí

Último día de la octava del Corpus Christi:

La vida no se presupone. Estamos acostumbrados a la vida, pero exige cuidados, nutrición, mantenimiento.
Pero, ¿qué es la vida? Jesús nos dice que no tenemos vida si no comemos su carne y bebemos su sangre. Es claro, no queda lugar para ninguna duda.

Nuestra vida para Dios se inserta directamente en el sacrificio de Cristo, en la Última Cena, en la Cruz y en la Resurrección gloriosa.

Ese sacrificio es perpetuo, lo renovamos diariamente en cada Misa: el mismo y único sacrificio, ahora incruento, se renueva para ti y para mí.

Esa carne y esa sangre se quedan bajo las especies sacramentales de pan y vino, para que podamos comerlas y nutrirnos de ellas.

Si no tienes apetito es porque te falta fe, y si no comes no tienes vida porque impides que Cristo viva en ti.

Vero.

sábado, 28 de junio de 2014

Ojos misericordiosos

Séptimo día de la octava del Corpus Christi:

Hace unos días nos preguntábamos cómo era el cuerpo del Señor y lo percibíamos como ENTREGADO.
De modo semejante, la sangre del Señor era DERRAMADA.

¿Cómo sería la mirada que María depositaría en Jesús desde su Nacimiento en Belén hasta la Cruz de Jerusalén? Durante el camino hacia el Gólgota, Jesús se encuentra con su Madre y se mirarían uno a otro, encontrándose no solo las miradas sino también los sentimientos y el dolor.

Entonces, ¿cómo serán los ojos de María?
Lo sabemos. Los ojos de María son MISERICORDIOSOS.

En absoluto te compensa esconderte de la mirada de tu Madre.

Vero.

viernes, 27 de junio de 2014

Jesús oculto

Sexto día de la octava del Corpus Christi:

Por la Fe descubrimos a Jesús oculto en la Eucaristía.
Por la Caridad se descubre a Jesús oculto en los demás.
Por la Esperanza se descubre a Jesús oculto a lo largo del espacio y del tiempo en cada uno de los acontecimientos de nuestra vida.

Esas tres virtudes teologales (Fe, Esperanza, Caridad) son tres virtudes que Dios te da para que sus dones latentes se hagan patentes por tu ejemplo.

Tienes que aprender a encontrar a Dios en la Eucaristía, en tu prójimo y en tu propia vida. También a través de tus pecados.

Vero.

jueves, 26 de junio de 2014

Adoro Te Devote

Quinto día de la octava del Corpus Christi:

Santo Tomás de Aquino compuso el siguiente himno eucarístico:

1. Te adoro con devoción, Dios escondido, oculto ver­da­de­ramente bajo estas apariencias. A ti se somete mi corazón por completo, y se rinde totalmente al con­tem­plarte.

2. Al juzgar de ti se equivocan la vista, el tacto, el gusto; pero basta con el oído para creer con firmeza. Creo todo lo que ha dicho el Hijo de Dios: nada es más verdadero que esta palabra de verdad.

3. En la Cruz se escondía sólo la divinidad, pero aquí también se esconde la humanidad. Creo y confieso ambas cosas, y pido lo que pidió el ladrón arrepentido.

4. No veo las llagas como las vio Tomás, pero confieso que eres mi Dios. Haz que yo crea más y más en ti, que en ti espere, que te ame.

5. ¡Oh memorial de la muerte del Señor! Pan vivo que da la vida al hombre. Concédele a mi alma que de ti viva, y que siempre saboree tu dulzura.

6. Señor Jesús, bondadoso pelícano, límpiame, a mí, inmundo, con tu sangre: de la que una sola gota puede liberar de todos los crímenes al mundo entero.

7. Jesús, a quien ahora veo escondido, te ruego que se cumpla lo que tanto ansío: que al mirar tu rostro ya no oculto, sea yo feliz viendo tu gloria. Amén.

O resumido en transversal: Te adoro con devoción, Tú que eres verdadero Dios y verdadero hombre, Quiero amarte y alimentarme de ti, Limpia mi pecado porque quiero ver tu gloria.

Vero.

miércoles, 25 de junio de 2014

Del pan y del vino

Cuarto día de la octava del Corpus Christi:

Continuando con el post de ayer en que María manifestaba la necesidad de aquellos esposos recién casados porque no tenían vino, nos damos cuenta de que el vino representa en esta escena aquello de lo que se carece.

Anteriormente habíamos visto que en las manos de Jesús, el pan siempre se multiplica, se consagra y se reparte. En estas escenas evangélicas el pan es aquello que se posee y, puesto que se posee, se ofrece, se da.

En tu oración, ofrece tu pan -lo que tienes- a Dios, y ofrece tu vino, aquello de lo que careces. Dicho de otro modo, pon todo lo que eres o lo que quisieras ser, lo que tienes o lo que quisieras tener, lo que haces o lo que omites, tus alegrías, tristezas, preocupaciones en manos de Dios.

Cada día, todo tu pan y todo tu vino.

Vero.

martes, 24 de junio de 2014

No tienen vino

Tercer día de la octava del Corpus Christi:

Jesús ha sido invitado a un boda en Caná de Galilea. Acude al acontecimiento acompañado de algunos de sus discípulos y de María, su madre. Las previsiones de vino para el banquete han sido fallidas y amenaza un cierto oprobio para los nuevos esposos, que no podrán cubrir las expectativas de sus invitados.

María se da cuenta de la situación. Es capaz de percibir el problema. No conoce la solución, pero vive de la fe. Jesús mismo declara que todavía no ha llegado su hora y que, por tanto, aún no debe manifestarse públicamente como lo que es, el Hijo de Dios.

Pero María, movida por su fe, le dice a Jesús: "No tienen vino".
Es terrible no tener vino. María, como confía en Dios, le hace a su Hijo una manifestación tan sencilla como escueta de lo que ocurre. No le dice a Jesús lo que tiene que hacer, no le presiona, no comercia con él: sencillamente se fía.
Él sabrá cómo proveer.

¿Cuántas veces al día le dices tu al Señor? No tengo vino, no tienen vino.
Y luego, confía.

Vero.

lunes, 23 de junio de 2014

La debilidad de Jesús por el pan

Segundo día de la octava del Corpus Christi:

Se me hace evidente que Jesús tiene cierta debilidad por el pan. Es un elemento característico de muchas culturas y en especial de aquella en la que él vivió aquí en la Tierra. Al contacto con el pan, Jesús siempre hace algo.

Por ejemplo, los discípulos le presentan unas hogazas y Él las multiplica para dar de comer a aquellos miles de personas que le habían seguido y de las que se apiadó porque no tenían qué comer ni a dónde ir. En ese milagro, aprovecha la ocasión para abrir los ojos de la fe a los apóstoles, que están aprendiendo que Él es el Hijo de Dios.

Cuando toma el pan en la Última Cena, Jesús lo consagra: convierte ese pan en su propio Cuerpo, y el vino en su propia Sangre. Después, su cuerpo es distribuido a los apóstoles y reciben el mandato de repetir ese sacrificio en memoria suya.

Pero siempre, siempre, al contacto con el pan, Jesús lo reparte. se convierte en un signo de caridad, la entrega de un bien o de sí mismo.

Por tu vocación cristiana: tú también eres pan. Pero, a ejemplo de Jesús, ¿te entregas?

Vero.

domingo, 22 de junio de 2014

Cuerpo entregado, Sangre derramada

Los calificativos y participios siempre matizan algún aspecto de los sustantivos a los que acompañan: no son el sujeto, pero lo atornillan y le sacan brillo porque indican alguna característica especial del sustantivo.

En la fiesta del Corpus Christi, vemos a Jesús oculto bajo las especies sacramentales de pan y vino. Sabemos por la fe que allí está sacramentalmente presente bajo esas especies con su cuerpo glorioso, aunque no se nos hace manifiesto a los ojos corporales.

Sin embargo, si nos preguntamos ¿cómo es el Cuerpo del Señor? De inmediato nos sale una respuesta que lo adjetiva: ENTREGADO. Lo dice el sacerdote cada día sobre el altar cuando consagra el pan: el cuerpo del Señor será entregado por vosotros y por todos los hombres. Jesús ya se ha entregado.

Y si nos preguntamos ¿cómo es la Sangre del Señor? También surge la respuesta de la misma fuente: DERRAMADA para el perdón de los pecados.

Por eso, cuando ahora miro a Jesús, expuesto sacramentalmente en la Custodia para la adoración de fieles y ángeles, identifico en mi interior la realidad CORPUS CHRISTI con Cuerpo ENTREGADO y Sangre DERRAMADA: pan y vino, entrega y perdón.

¿Te atreves tú a poner más calificativos?

Vero.

sábado, 21 de junio de 2014

Trepidación

El evangelio de san Mateo de la Misa del sábado de la XIª semana del tiempo ordinario es tan explícito que apenas merece la pena un comentario:
"Nadie puede servir a dos señores; porque aborrecerá a uno y amará al otro; o bien se entregará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y al Dinero. «Por eso os digo: No andéis preocupados por vuestra vida, qué comeréis, ni por vuestro cuerpo, con qué os vestiréis. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo: no siembran, ni cosechan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellas? por lo demás, ¿quién de vosotros puede, por más que se preocupe, añadir un solo codo a la medida de su vida? Y del vestido, ¿por qué preocuparos? Observad los lirios del campo, cómo crecen; no se fatigan, ni hilan. Pero yo os digo que ni Salomón, en toda su gloria, se vistió como uno de ellos. Pues si a la hierba del campo, que hoy es y mañana se echa al horno, Dios así la viste, ¿no lo hará mucho más con vosotros, hombres de poca fe? No andéis, pues, preocupados diciendo: ¿Qué vamos a comer?, ¿qué vamos a beber?, ¿con qué vamos a vestirnos? Que por todas esas cosas se afanan los gentiles; pues ya sabe vuestro Padre celestial que tenéis necesidad de todo eso. Buscad primero su Reino y su justicia, y todas esas cosas se os darán por añadidura. Así que no os preocupéis del mañana: el mañana se preocupará de sí mismo. Cada día tiene bastante con su propio mal (Mt 6, 24-34)".
Vuelve a leerlo y pregúntate: ¿tengo fe?

Vero.

viernes, 20 de junio de 2014

Del tesoro y del corazón

Es una experiencia universal, que a todos nos ocurre, que donde está nuestro tesoro allí está nuestro corazón. Sin embargo, lo que ya no es tan universal es darse cuenta de ello. Es más, con frecuencia miramos hacia otro lado para obviar esta realidad de nuestra vida.

Pensamos y actuamos sobre aquello que realmente nos importa, por eso evaluar dónde tenemos el propio tesoro nos abrirá las puertas para conocer dónde tenemos puesto el corazón.

La ecuación es sencilla: tesoro y corazón no son la misma cosa, pero ocupan el mismo espacio interior. Esto nos facilita enormemente la labor de examen de conciencia.

¿Habitualmente en quién piensas, en ti o en los demás?
De modo ordinario ¿en qué piensas, en tus cosas, en las de los demás?
Tu tiempo, ¿a qué y a quién lo dedicas?
Tus bienes, ¿a quiénes benefician?

¿Quieres que sigamos?
Sé generoso.

Vero.

jueves, 19 de junio de 2014

Santificado sea tu nombre

"Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre..."
Repite otra vez: "...santificado sea tu  nombre".
Y otra: "...santificado...", "... tu nombre".

¿No comienzas a notar la dulzura de esas palabras?
Tienes el paladar astragado si no consigues apreciar los aromas que traen al corazón esta petición de la oración dominical que Jesús mismo nos enseñó.

Pero, no te asustes: si te ocurre así, puedes darle la vuelta a estas palabras y pedirle al Padre, que en virtud de su nombre, te santifique a ti, que aún eres incapaz de saborear su Palabra.

Vero.

miércoles, 18 de junio de 2014

Rectificar la intención

Dice San Mateo en el primer versículo del capítulo 6 de su evangelio:
"Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial".
La falta de rectitud de intención en nuestras acciones las hace infecundas y pervierte los pensamientos. Si lo piensas despacio descubrirás que es difícil que en nuestras acciones no se cuelen como por rendijas intenciones que no son rectas, dobleces en el pensamiento y vanidades en nuestros compromisos.

Eso quiere decir que si queremos tener rectitud de intención, esa intención ha de ser rectificada. Y si no puedes conseguirlo antes de realizar tu propósito, rectifica después, pero rectifica. Medita en el gran valor que tiene la contrición y avalora el espíritu de examen.

Ora a tu Padre, que ve en lo escondido.

Vero.

martes, 17 de junio de 2014

Parecerse al Padre

"Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y si saludáis sólo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto (Mt 5, 47-48)".
Siempre me pareció un objetivo inasequible. Es como tratar de igualar la divinidad con la criatura, lo que no tiene medida.

¿Entonces? Nosotros no podemos, se nos hace inalcanzable, pero Dios sí puede, a través de la gracia que nos concede.

Sí, es verdad, que exige nuestra colaboración, sin ella la gracia divina se torna ineficaz porque el Padre ha querido que sus hijos sean libres, pero la capacidad de tender a la perfección está ahí.
Parecerse al Padre es condición natural de buen hijo.

Vero.

lunes, 16 de junio de 2014

Da a quien te pide

Dice el evangelio de hoy (Mt 5, 38-42; lunes de la XIª semana del tiempo ordinario):
 "Habéis oído que se dijo: Ojo por ojo y diente por diente. Pero yo os digo que no hagáis frente al que os hace mal: al contrario, si alguien te da una bofetada en la mejilla derecha, preséntale también la otra. Al que quiere hacerte un juicio para quitarte la túnica, déjale también el manto; y si te exige que lo acompañes un kilómetro, camina dos con él.
Da al que te pide, y no le vuelvas la espalda al que quiere pedirte algo prestado".
No podemos desentendernos de los demás. Hay muchos modos de pedir y debemos estar atentos a todos. También hay muchos modos de dar la espalda a quien nos pide.

Nuestra vocación cristiana es una vocación de servicio, quizá en lo ordinario, pero de servicio.
Si descuidamos este aspecto de nuestra vida de relación con Dios y con los demás cómo podremos pedir el perdón de Dios si no podemos decir:
"…como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden".
Vero.


domingo, 15 de junio de 2014

La Trinidad y María

Representación pictórica de Murillo.
Dios, en su inmensa bondad no solo nos envía a su único Hijo Jesucristo, sino que Padre e Hijo nos envían al Espíritu Santo, el don de Dios.

Esto ya era suficiente, pero nos ama tanto que quiere reforzar la proximidad de su presencia y entonces toma relación con una criatura de sus manos de una manera excepcional, con María.

¿Qué cómo se relaciona con ella? Pues a su modo, como es Él y como es ella: la Trinidad y la Criatura.
Por eso María es hija de Dios Padre, madre de Dios Hijo y esposa de Dios Espíritu Santo.

Y tú, como yo, eres familia de María, por eso tenemos en ella a una gran valedora. Pero sobre todo, tenemos a una madre.
Para esta solemnidad de la Santísima Trinidad, ya te he dado un motivo de alegría además de un buen tema de oración.

¡Cómo no vamos a tener en alta estima esa breve oración que podemos repetir con frecuencia!:
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo; como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Vero.

sábado, 14 de junio de 2014

Los desposorios de María

Desposorios de María de Bartolomé Murillo.
Hoy te propongo que imagines la escena en que María y José comprometen sus vidas en sus desposorios. María aun no ha recibido la embajada del Ángel y, como José, todavía ignoran los planes divinos para ellos.

Pero a esos desposorios ya asiste el Espíritu Santo, que ha empezado a preparar el camino del paso terrenal del Hijo de Dios encarnado.

Un tiempo después, el arcángel San Gabriel le comunicará a María que ha hallado gracia delante de Dios -de hecho es la "llena de gracia"-, esos dones con los que el Espíritu Santo ha ido adornando su persona sobre el bastidor de su fiel correspondencia.

San José ni ve, ni le dicen, ni entiende: solo ama a su esposa y, a través de ella, la voluntad de Dios a la que se rendirá sin condiciones, sobreponiéndose a todas las dificultades y secundando fielmente el plan divino.

Tú debes ser otro José. Y si quieres parecerte a él, te sugiero: ¡Mira a María!

Vero.

viernes, 13 de junio de 2014

Ver a Dios en el niño

Si eres madre, si eres padre, o si vives rodeado de niños, te habrá ocurrido con frecuencia que te quedas prendado de la sencillez y simplicidad de sus modos, gestos y gracietas.
Incluso contando con sus travesuras se advierte una ausencia total de malicia. A lo sumo, cierta complicidad  con la atención expectante de sus padres que le observan embobados.

En la intimidad del alma de ese niño, una vez bautizado, inhabita la Santísima Trinidad que santifica intensamente con su presencia a ese pequeño hijo de Dios, todavía inocente. Así, con todas las palabras: en y con esa criatura conviven el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo; y con ellos María, porque donde están las tres personas divinas no puede faltar la que ostenta los títulos de hija, madre y esposa de la divinidad.

Ante el Señor Sacramentado, presente en el Sagrario o en el altar, la piedad sugiere al fiel cristiano una genuflexión de adoración. De modo semejante y salvando las distancias, ante ese niño, quizá todavía bebé o enfermo o impedido, cuya alma no ha sido aun mancillada por el pecado personal, limpio de la culpa original por el agua bautismal y regenerado para la vida de la gracia mediante esa inhabitación trinitaria, ¿qué tendríamos que hacer? ¿También una genuflexión?  No ya por la persona humana de la criatura, que es reflejo de Cristo y que de por sí ya merecería todo nuestro respeto, sino en razón de la dignidad de aquellas personas divinas a quienes hospeda.

Ahora, padre o madre, cuando mires a tu hijo o a esa inocente criatura, adora en él al Dios Uno y Trino que aloja, porque ese niño es verdaderamente templo de Dios; y tú, adulto que cuidas de ese hijo, que le sirves y proteges, haces funciones de "sacerdote" de ese templo. Dios, que se fía de ti, madre o padre, te confía lo sagrado de tus hijos, que son suyos, para que se los cuides con ternura. O ¿acaso no sientes con frecuencia esa inmensa ternura por cada uno de tus hijos? ¿Quién crees que ha puesto esos sentimientos hacia ellos en tu corazón? 

Y a ese Dios cuya inmensa bondad contemplas a través de tu hijo, ¿no le pedirás fervorosamente por esa criatura como es tu gravísima obligación sagrada de padre o madre?

Ahora, cuando mires a tu hijo..., quizá se te hayan abierto los ojos.

Vero.

jueves, 12 de junio de 2014

Jesús, Sumo y Eterno Sacerdote

Imagina por un momento que un día cualquiera acudes a una iglesia para asistir a la celebración de la santa Misa.

Imagina por un momento que llegada la hora el sacerdote, revestido con las vestiduras sacerdotales, abandona la sacristía para dirigirse con recogimiento hacia el presbiterio y, una vez llegado allí,  besa piadosamente el altar, como abrazándolo.

Imagina por un momento que comienza el Sacrificio Eucarístico y que lo sigues con atención y piedad. Al finalizar la Misa, el sacerdote imparte la bendición divina y despide al pueblo fiel.

Imagina por un momento que en la procesión de salida, de nuevo hacia la sacristía,  el sacerdote detiene un momento sus ojos en ti y descubres que quien se escondía bajo las vestiduras sacerdotales es Jesús, aunque tú no lo habías descubierto hasta ese momento.

Ahora, imagina por un momento que esta fantasía no es fantasía, sino que ocurre de verdad.
¡Bienvenido a la realidad!

Jesucristo,  Sumo y Eterno Sacerdote, toma posesión mediante el Orden Sagrado del sacerdote, que le presta sus manos, su voz,... y renueva incruentamente su sacrificio en la Cruz: Él que es a la vez Sacerdote, Víctima y Altar.

Imagina por un momento que la siguiente vez que asistes a Misa eres consciente de esta sagrada realidad sobrenatural y que tu "ir a Misa" se convierte en un "vivir el Calvario".

Imagina por un momento... ¿Sólo por un momento?

Vero.

miércoles, 11 de junio de 2014

Te serviré

Por la mañana,  nada más despertar y conseguir el suficiente acopio de conciencia,  dirgiré mi pensamiento y palabras al Señor y le diré: "Hoy, te serviré".

Luego, conforme avance el día, las circunstancias o la propia comodidad intentarán invalidar mi intención primigenia y tendré necesidad de rectificar la intención una vez y otra, y otra más; porque yo, Señor,  hoy quiero servirte.

Y caerá el día y es posible que haya jornadas, una y otra, en las que la conciencia me alerte y me recrimine que no he servido como había prometido. 

Entonces, dolido y confiado, pediré perdón a Dios y cerraré los ojos esperando una nueva singladura para con renovada ilusión volver a decirle al Señor: "Hoy, también te serviré".
Serviam!

Vero.

martes, 10 de junio de 2014

La paz, fruto del Espíritu

La paz es un fruto del Espíritu Santo. La mansedumbre es nuestra misma paz, experimentada desde sus atalayas personales por quienes nos rodean: su proyección hacia el exterior.

El Romano Pontífice acaba de celebrar un encuentro de oración en los jardines vaticanos para pedir la paz entre cristianos, católicos y ortodoxos,  musulmanes y judíos: una nueva Pentecostés.

El Espíritu Santo concede la paz a las personas, a cada hombre, a cada mujer, no a las sociedades, porque la paz es un fruto interior. Si no tienes en ti mismo paz interior,  ¿cómo vas a transmitir eso que no tienes a los que te rodean?

La conciencia se repara en el sacramento de la Misericordia, pero una vez arreglados los desaguisados de conciencia que usurpan la paz interior, no permitas que los problemas, las miserias o las preocupaciones te roben esa paz.
No lo consientas.

Y cada día,  agradece y pide para ti, los tuyos y el mundo la paz que Cristo nos dejó cuando nos dijo: "La paz os dejo, la paz os doy...".

Vero.

lunes, 9 de junio de 2014

Te cubrirá con su sombra

Siempre me emocionó el relato de la Encarnación en el que el arcángel san Gabriel le dice a María cómo se operará: el Espíritu Santo la cubrirá con su sombra. Es extremadamente bello incluso desde el punto de vista literario. La acción del Espíritu Santo es de tal imperio que con el concurso de la docilidad virginal del "hágase en mí según tu palabra"  se encarna en sus purísimas entrañas el mismísimo Hijo de Dios.

Tú puedes reproducir a tu manera este acontecimiento encarnando a Cristo en tu vida, siendo el mismo Cristo -esto significa ser cristiano-, para llevarlo a los demás con tus palabras, tus obras, tu piedad, tu sacrificio, tu ejemplo.

Para que Cristo se encarne en ti, debes hacer como María, decirle al Espíritu Santo: "Hágase en mí según tu palabra".
Esto exige de ti dos condiciones: saber qué quiere Dios de ti -osa preguntárselo y sé después valiente- y atreverse a decir "sí" a esa inspiración divina, es decir, ser dócil a la voluntad de Dios para ti. Pídelo, la gracia divina que viene del mismo Espíritu, no te faltará: ¿no notas ya la sombra de las alas divinas?
¿No lo crees? Compruébalo.

Vero.

domingo, 8 de junio de 2014

Secuencia de Pentecostés, III

Tercera parte de la secuencia de Pentecostés:
Infunde calor de vida en el hielo, doma el espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero.
Reparte tus siete dones, según la fe de tus siervos.
Por tu bondad y tu gracia, dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno.
Pide los dones. Son dones, deben ser pedidos. No se comercia con ellos, son gratuitos, pero no se consiguen por azar, deben ser concedidos. Para ello, insiste en tu oración.

Vero.

sábado, 7 de junio de 2014

María, esposa de Dios Espíritu Santo

Es frecuente que condicionemos nuestros afectos a través de los de los demás. Así cuando queremos al hijo de un amigo, atraemos sin pretenderlo el aprecio de su padre o de su madre por nosotros; porque nos esforzamos en querer lo que esos padres aman.

De modo semejante, cuando nos esforzamos en amar a María, atraemos significativamente el amor del Espíritu Santo con quien está desposada.
Dios le pone a todo amor una casa y la del amor entre María y el Espíritu es la misma Trinidad.
En ese templo divino debes alojarte.
María es la puerta de entrada.

Vero.

viernes, 6 de junio de 2014

Secuencia de Pentecostés, II

Segunda parte de la Secuencia de Pentecostés:
Brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta en los duelos.
Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y en­ri­quécenos.
Mira el vacío del hombre, si tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado, cuando no envías tu aliento.
Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas.
¿Sientes tu corazón enfermo? ¿Está tu labranza baldía? Pide el aliento fecundo de la Luz divina, que enjugará tus lágrimas y reconfortará tu duelo.

Vero.

jueves, 5 de junio de 2014

Secuencia de Pentecostés. I

Primera parte de la secuencia de Pentecostés:
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo.
Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo, tregua en el duro trabajo.
Observa qué ternura refleja la expresión "dulce huésped del alma".
Deberías convencerte de una vez para siempre de la realidad expresada por estas pocas palabras: Dios que se aloja en ti.

Vero.

miércoles, 4 de junio de 2014

Veni Creator, II

Segunda parte del himno Veni Creator:
Ilumina nuestros sentidos, infunde tu amor en nuestros corazones y, con tu perpetuo auxilio, fortalece la debilidad de nuestro cuerpo.
Aleja de nosotros al enemigo, y danos pronto la paz; sé Tú nuestro guía, para que evitemos todo mal.
Por ti conozcamos al Padre, y también al Hijo; y creamos en ti, su Espíritu, por los siglos de los siglos.
Gloria a Dios Padre, y al Hijo que resucitó de entre los muertos, y al Espíritu Consolador, por los siglos de los siglos. Amén.

Es el guía para evitar todo mal: basta con que te dejes conducir por Él; pero ¿sabes cómo tratarle?

Vero.

martes, 3 de junio de 2014

Veni Creator, I

Primera parte del himno Veni Creator:
Ven, Espíritu Creador, visita las almas de tus fieles y llena con tu divina gracia, los corazones que Tú creaste.
Tú, a quien llamamos Paráclito, don de Dios Altísimo, fuente viva, fuego, caridad y espiritual unción.
Tú derramas sobre nosotros los siete dones; Tú, dedo de la diestra del Padre; Tú, fiel promesa del Padre, que inspiras nuestras palabras.
Piensa qué pueda significar en tu vida que el Espíritu Santo sea: fuente viva, fuego, caridad, espiritual unción.

Vero.

lunes, 2 de junio de 2014

Ven, oh Santo Espíritu

Para que lo repitas hoy durante todo el día:
¡Ven, oh Santo Espíritu!, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor.
V/ . Envía tu Espíritu y serán creados.
R/. Y renovarás la faz de la tierra. 
Oración:
Oh Dios, que habéis instruido los corazones de los fieles con la luz del Espíritu Santo, concedednos según el mismo Espíritu conocer las cosas rectas y gozar siempre de sus divinos consuelos. Por Jesucristo nuestro Señor.
R/. Amén
No se puede decir más con menos.

Vero.

domingo, 1 de junio de 2014

La Ascensión del Señor a los cielos

La Ascensión del Señor siempre me produjo un regusto de tristeza. Los hombres tendemos a pretender la cercanía de aquellos a quienes queremos, por eso se nos puede hacer difícil asimilar que Jesús se vaya.

Alguna de las razones de esta ausencia, que no abandono, nos las da el mismo Jesús: nos conviene que Él se vaya para que nos envíe el Paráclito.

Pero, hay más. Sus últimas palabras son un último mandato a aquellos discípulos, a todos nosotros: deben ir por el mundo entero predicando el evangelio a todas las naciones.
Jesús se aleja físicamente de sus discípulos, pero se queda en cada uno de ellos. Precisamente, aquellos discípulos, mayoritariamente ignorantes, serán los encargados de llevar a Jesús a todas las naciones, se convierten en cristóforos, portadores de Cristo.

Jesús no solo no los ha abandonado, sino que permanece con ellos y se convierten en vehículo de transmisión de su Palabra, de modo semejante a como Cristo, el Verbo divino, es la Palabra del Padre, la imagen divina de lo que el Padre quería comunicarnos.

Por eso, esa ignorante tristeza del día de la Ascensión carece de fundamento y la piedad popular convierte la Ascensión en el cuarto misterio de gozo del rosario.

Vero.