Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo.
Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo, tregua en el duro trabajo.
Observa qué ternura refleja la expresión "dulce huésped del alma".
Deberías convencerte de una vez para siempre de la realidad expresada por estas pocas palabras: Dios que se aloja en ti.
Vero.
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