Desposorios de María de Bartolomé Murillo. |
Hoy te propongo que imagines la escena en que María y José comprometen sus vidas en sus desposorios. María aun no ha recibido la embajada del Ángel y, como José, todavía ignoran los planes divinos para ellos.
Pero a esos desposorios ya asiste el Espíritu Santo, que ha empezado a preparar el camino del paso terrenal del Hijo de Dios encarnado.
Un tiempo después, el arcángel San Gabriel le comunicará a María que ha hallado gracia delante de Dios -de hecho es la "llena de gracia"-, esos dones con los que el Espíritu Santo ha ido adornando su persona sobre el bastidor de su fiel correspondencia.
San José ni ve, ni le dicen, ni entiende: solo ama a su esposa y, a través de ella, la voluntad de Dios a la que se rendirá sin condiciones, sobreponiéndose a todas las dificultades y secundando fielmente el plan divino.
Tú debes ser otro José. Y si quieres parecerte a él, te sugiero: ¡Mira a María!
Vero.
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