miércoles, 16 de julio de 2014

En medio de la tormenta

La generosidad de las personas, sobre todo cuando está alimentada por la caridad de Dios, tiene límite pero no frontera. Una afirmación tan rotunda exige una explicación en forma de anécdota real:
Conozco a una anciana que lleva en silla de ruedas algunos años y que tiene dificultades para relacionarse con su entorno debido a un ictus, pero que guarda toda su afectividad intacta. Ha estado al borde de la muerte en varias ocasiones. Es atendida por su familia y de manera más directa por su marido también de edad avanzada, que le prodiga todo tipo de cuidados y afectos: él vive exclusivamente para ella.

Produce emoción ver cómo se quieren. Y todo como si fuera una situación habitual en todas las familias. Sus vidas tienen el sentido del dolor, pero la felicidad no les falta porque comprenden el valor del los cuerpos rotos. Han experimentado que el amor en esta tierra cursa siempre con dolor. Lo que les hace felices no es el dolor sino el amor que transcurre por ese camino dolorido.

Hace unos días tomó a su esposa y la montó en un vehículo preparado para llevarla al Parque de Atracciones de su ciudad: allí estaba el resto de su familia disfrutando de un día de vacaciones. Era una locura llevar a un sitio así a una persona tan delicada, sobre todo porque iba a ser una sorpresa para el resto de la familia, pero pensó que a su esposa le gustaría ver disfrutar a sus nietos en las atracciones.
Una "imprudencia" semejante solo se puede explicar desde el amor. Asumir ese riesgo implica tener una capacidad de afecto tumultuosa.

Hoy se celebra la fiesta de la Virgen del Carmen, patrona de marineros, personas acostumbradas a bregar en medio de las tormentas. En las borrascas de la vida de toda persona la fe consigue que, aun asustados por las olas que saltan por encima de la barca, nos aferremos a los remos con la fuerza del amor: ese amor que proviene de la fortaleza de saberse hijos de tan buena Madre y que saben buscar su protección en medio de la tormenta.

¡Cuánto podemos aprender de esas personas que cada día estrenan su amor por los demás!

Vero.

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