"Pasando Jesús junto al lago de Galilea vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a Juan, su hermano, que estaban repasando las redes, y los llamó, y les dio el sobrenombre de Boanerges, que significa Los Truenos".Santiago es el primer apóstol en entregar su vida a Dios mediante el martirio, en el año 42. El relato de su llamada es muy curioso pero sigue el patrón de las llamadas divinas. Jesús le encuentra en medio de su trabajo (pescador, remendando redes) y de su familia (al lado de su hermano Juan, que también es llamado).
Una vez que se ha producido ese primer contacto visual, Jesús le llama. Pero la llamada de Jesús es poderosa: tanto, que transforma su nombre, como haciéndole indicar que ahora tendrá una nueva misión. Ahora seguirán siendo pescadores, pero de hombres. La misión recibida es acogida respetando su carácter: son los Truenos, los hijos del Trueno.
Tú, si estás bautizado, ya has tenido ese encuentro inicial con Jesús y ahora te invito a que te preguntes:
¿Sientes la llamada del Señor? ¿En medio de qué, de dónde y con quién has recibido la llamada? ¿Jesús te ha llamado para hacer qué?
La mayor cobardía de tu vida sería evadir estas preguntas que estructuran tu vida como si se tratara de tu columna vertebral. Y si no eres generoso contestándolas probablemente evitarás el martirio -que no la muerte- pero en vez de ser hijo del Trueno, encarnarás la tristeza del aquel joven rico que escondió su generosidad a la mirada divina.
Tú eliges.
Vero.
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