"Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia. ¿Quién podrá contar las hazañas de Dios, pregonar toda su alabanza?"La bondad de Dios educe un agradecimiento tan delicado como intenso. Piensa en tu intimidad: ¿Qué hazañas ha realizado Dios en mi vida? ¿Qué proezas le quedan aún por hacer? ¿Dejo que el Espíritu Santo actúe libremente en mi vida? ¿Qué obstáculo puedo remover hoy?
Cuando reconozcas la acción divina en el alma no te quedará más remedio que pregonar su alabanza porque descubrirás complacido cuán eterna es su misericordia.
¿No es esto suficiente motivo de acción de gracias?
Vero.
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